Ya sabemos lo que trajo el embalse de Almendra: el pueblo de Argusino bajo las aguas, adiós cortinos y cortinas, molinos y batanes, encinas centenarias, huertos y manantiales. Pérdida de territorio y de población.
Después, el proyecto de central nuclear en Moral de Sayago y el posterior intento de convertirse en central térmica sin lograrlo, gracias a la oposición de los vecinos, pero dejando tras de sí un paisaje arrasado, una escombrera monstruosa, con toneladas de hormigón, cemento y hierro enterradas.
Además las líneas de alta y media tensión que atraviesan la comarca de Sayago, llevándose lejos de aquí la energía producida por los saltos del Duero, para enriquecer otros zonas, mientras exigen talar y desbrozar el terreno que atraviesan, a veces expropiado en aras del “interés general”, produciendo emisiones electromagnéticas y daños a la fauna y el paisaje, que es nuestro mayor tesoro.
Ahora, una multinacional belga ha llegado a un acuerdo con los municipios de Almeida, Bermillo y Muga de Sayago para instalar un macroparque eólico de 66 aerogeneradores con una altura máxima de 240 metros, sobre gigantescas bases de hormigón, con seis subestaciones y sus respectivas líneas de evacuación, para volver a llevarse la energía a otras zonas. Toda la zona central de la comarca de Sayago transformada en terreno industrial, visible desde decenas de kilómetros.
Y todo esto, ¿a cambio de qué? ¿De dinero mal empleado como el que han dado las presas durante décadas?
EXIJAMOS A LAS ADMINISTRACIONES QUE IMPLEMENTEN POLÍTICAS QUE SIRVAN PARA CREAR DESARROLLO AQUÍ, RESPETANDO EL MEDIO AMBIENTE Y LAS PERSONAS, QUE REALMENTE FIJEN POBLACIÓN, QUE SIRVAN PARA HACER DE NUESTRO TERRITORIO UN DESTINO MÁS ATRACTIVO PARA LOS VISITANTES Y NUEVOS EMPRENDEDORES.
