miércoles, 10 de marzo de 2021

Ya están los de fuera opinando...






Desde que se ha desvelado el misterio del macroparque eólico proyectado en el centro de Sayago, la gente de aquí  y de allá se está lanzando a debatir en las redes sociales, lo cual es muy sano si se hace con información, argumentos y respetando todas las opiniones.

Como cualquier novedad, el proyecto tiene sus defensores y detractores, porque también todas las nuevas ideas tienen beneficios y perjuicios, que cada cual valora en función de sus inquietudes, situación personal y capacidad de imaginar diferentes futuros a corto o largo plazo.

Lo que resulta curioso es el empeño de algunos en rechazar las opiniones de "los de fuera", incluyendo también en ese concepto a sayagueses tan variopintos como los que se fueron a buscarse la vida en otros lugares, los que vinieron a buscársela aquí desde lejos, los que pasan sus vacaciones de verano o los que disfrutan de esta tierra en la distancia, teniendo aquí sus raíces. Incluso hay sayagueses con ideas tan raras y atrevidas, que también parecen de fuera.

Para algunos, sólo quien haya nacido en Sayago y viva todo el año entre el Duero y el Tormes tiene derecho a opinar y "los de fuera" mejor que se limiten a ver, oír y callar.

En el tema de los molinos gigantes pasa igual: que sean "los de aquí" los que deciden.

El problema de esa cerrazón es que, siendo consecuentes con ella, la invasión eólica debería ser rechazada inmediatamente, porque resulta que los 66 aerogeneradores también vienen de fuera.

Como se puede comprobar en los propios documentos presentados en la Junta de Castilla y León, la construcción y gestión del macroparque correrá a cargo de Cenerga, una empresa gallega, la promotora es el holding belga WindVision, asociada al grupo inversor Blackrock con sede en EE.UU. y propiedad del multimillonario Larry Fink, natural de Los Ángeles (California). La empresa con la que ya se ha acordado el mantenimiento técnico es de Valencia y el estudio de impacto ambiental, al parecer, se está haciendo en Ávila.



Salvo algunas excepciones, los operarios cualificados que trabajarán en la construcción vendrán de fuera también, así como los camiones, las grúas y los explosivos necesarios para doblegar el duro lecho granítico de Sayago.

Como es fácil de entender, los mayores beneficios de la producción energética, cuando el macroparque empiece a funcionar, se irán por donde han venido las inversiones. Engordarán las carteras de los esforzados gallegos, belgas, americanos, valencianos y abulenses, que vivirán felices en sus respectivas residencias, disfrutando de un progreso que aquí, otra vez, pasará de largo. Porque ya sabemos por las presas que la luz se va por esos cables que atraviesan nuestro paisaje en dirección noreste, que es la misma que lleva el viento.

Algunos sayagueses harán su agosto el tiempo que duren las obras, pero después quedará el mismo vacío del que tanto nos quejamos en los bares. Y Larry Fink, el multimillonario americano, seguirá incrementando los beneficios de Blackrock (3.782 millones de dólares en 2018) y su salario personal (cerca de 40 millones de dólares en 2010, después cuesta encontrar los datos...), a costa del futuro realmente sostenible por el que están apostando los emprendedores de aquí, cuya opinión parece no valer tanto.

Quizá este texto también contenga alguna opinión, pero venga de donde venga, se basa en hechos reales.





2 comentarios:

  1. Hola, BUENOS DÍAS; parto de la base de que La Tierra es de todos, por inclusión el Sayago también lo es, hayamos nacido allí o allá; vivamos todo el año en Sayago o solo vayamos cuando nuestro trabajo en otros lugares nos lo permita. Lo hayamos conocido desde niños o descubierto de adultos.
    No importa de dónde uno venga; lo que importa es lo que uno, viniendo de donde venga, aprecie de la forma de vida de allá donde vaya, sin imposiciones, con respeto, valorando en su conjunto las tierras, las gentes, empapándose de costumbres, aportando y recibiendo con cariño y humildad.
    No soy de Sayago, no tenía pueblo hasta que el azar me permitió conocer Los Arribes y, la suerte, encontrar una casa en la que poder pasar mi tiempo libre y descubrir un mundo hasta entonces desconocido.
    No ser de Sayago no ha de ser impedimento para poder opinar sobre temas que nos afectan a todos, como no ser gallega no me impidió espantarme ante aquella terrible marea negra o no ser del sur de Andalucía sobre la catástrofe que afectó a Doñana cuando se produjo la ruptura de la balsa d de Aznalcollar. ¿Estamos de acuerdo verdad?
    Muestro entonces mis reflexiones sobre el mega proyecto del parque eólico en Sayago.
    Cualquiera puede buscar en Internet imágenes de parques eólicos y apreciar sin demasiada dificultad el impacto que provocan, no solo durante su instalación, sino también a posteriori.
    Un suelo vacío, seco, con escasísima vegetación y alta evapotranspiración aumentada por el efecto del movimiento del aire que producen las aspas, no sirve para ganadería – apenas hay pasto- no sirve para la agricultura, se saliniza y se pierde el agua del subsuelo. Queda un suelo muerto, desertificado, un suelo sin vida.
    Según se puede consultar la explotación del parque será por un periodo de 25 años, después el abandono. Millones de años para formar un bellísimo paisaje un suelo productivo, en declive, 2 años para destruirlo del todo y 25 de explotación ¿de verdad que merece la pena?
    Dicen que proporcionará 200 puestos de trabajo por tan solo dos años, los que dure la construcción. Después 20 puestos de trabajo durante 25 años, y luego el paro, el abandono, el olvido.
    He leído que los ingresos para los ayuntamientos afectados serán de 430.000euros anuales. Suponiendo que hubiera un reparto equitativo para todo el Sayago y considerando que en la actualidad tiene 8354 habitantes los ingresos serían de 51,52 euros por año y por habitante, lo que es lo mismo 4,29 euros mensuales por habitante de Sayago durante 25 años ¿merece la pena tanta destrucción?
    Como la realidad es que no haya reparto equitativo para todo Sayago sino para los municipios afectados, son 1816 habitantes que suman Bermillo, Muga y Almeida, a cada habitante le corresponderían 236,78 euros anuales o lo que es lo mismo 19,73 euros por mes durante 25 años. ¿ merece la pena?
    ¡Qué poco valor se da a las gentes, a las dehesas, al paisaje, al suelo, a la ganadería y a la agricultura extensiva y a los puestos de trabajo que proporcionan, a los pequeños emprendedores, a los que llegaron y se quedaron y a los que está allí cuidando su tierra, sus costumbres, sus raíces!
    Si la empresa WindVisión está invirtiendo 350 millones de euros ¿Cuánto será lo que gane?
    Sí a las energías renovables, claro que sí, pero por mi parte un NO rotundo a estos megaproyectos

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  2. Si bien tu exposición me ha resultado muy satisfactoria, no puedo menos que reconocer que te has manifestado con el corazón, pero discrepo en que solamente los nacidos entre el Duero y el Tormes tenéis derecho a hacer comentarios, porque posiblemente los alcaldes y concejales de los pueblos afectados son nativos y han dado su conformidad y a estos personajes los han votado los empadronados.
    Aunque no sea de tu gusto, tendrás que modificar tu sentimiento y aceptar el apoyo y compromiso de cuantas más asociaciones y personas físicas comprometidas, mejor. Los que somos de Las Arribes y hemos defendido el Parque, no estamos de acuerdo con nuestra exclusión para defender lo que en derecho tenemos que defender por sostenibilidad y defensa del ecosistema.

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